El poder, ya sea
legítimo, coercitivo, experto o
cualquiera de sus clases, permite ejercer una influencia y control sobre una
persona o grupo social. La persuasión es otro camino, mucho más sutil e igualmente
efectivo de ejercer influencia sobre la sociedad.
La persuasión
permite convencer a las personas de adoptar cierta idea, ideología, actitud o
conducta hacia cierto tema, persona o producto. Es ampliamente utilizada de
multitud de maneras en la actualidad y de forma masiva en diversidad de
aspectos por los medios de comunicación, buscando mover el comercio y la
economía del país, el éxito de alguna campaña política o proyecto o buscando
imponer en el subconsciente social ciertos estereotipos, convenientes siempre para la clase dominante.
Esto se logra partiendo de ciertos métodos,
pertinentes según el público objetivo que se desee persuadir y lo que se desee
que este haga o piense. Se puede acudir
técnicas racionales que apelen a la lógica y proporcionen argumentos lo suficientemente
válidos para persuadir (retórica); o se pueden utilizar técnicas emocionales,
que intentando tocar los sentimientos, recuerdos, sensaciones, inseguridad y
anhelos de las personas, los hacen caer en la influencia del emisor del
mensaje. La persuasión intenta siempre darle a la persona la sensación de que
es libre de escoger entre múltiples
opciones según su propio criterio e individualidad, y pretendiendo que
la guía persuasiva sea tan fuerte que el
público termine por escoger, pensando que es su elección, lo que el emisor
desea.
La retórica es una
de las más antiguas y efectivas maneras racionales de persuadir, como dice
Aristóteles: "la retórica es
el arte de descubrir, en cada caso en particular, los medios adecuados para la
persuasión". A través de la palabra, la argumentación y de pruebas
científicas, se logra mostrar una idea como verídica, deseable y razonable.
Este método es utilizado ampliamente en la política y la educación. Evolucionando
la retórica, y siendo la expresión máxima de la persuasión en la actualidad,
nace la publicidad. La publicidad a través de imágenes impactantes, textos
argumentales y emocionales y miles de supuestas soluciones a todo tipo de
problemas logra sutilmente persuadir al público no solo de comprar productos,
sino de adquirir ciertos tipos de vida, ciertas creencias e ideologías, ciertas
formas de acción frente a situaciones particulares, además de estereotipar toda
la vida en sociedad.
Abordando
críticamente el tema, pensamos que actualmente la macabra unión entre los
medios de comunicación masiva, la clase dominante y la persuasión están
empeorando críticamente la salud del país. Más que lanzar críticas y quejas al
aire, somos conscientes de que la forma en que funciona la sociedad, y tantos
conflictos que esta presenta son producto de la influencia persuasiva y
modeladora que los medios de comunicación ejercen sobre la sociedad, y más
puntualmente, son un efecto de los productos que los actuales comunicadores
están realizando sin mucha ética, apuntando a ganancias económicas y sin
visualizar el caos y la ceguera cultural y social que sus productos causan.
Somos conscientes de que como comunicadores, tenemos no solo poder, sino un
poder persuasivo definitivo para hacer un cambio en la influencia y las
imágenes que recibe el país a diario. Sabemos que tenemos la persuasión de
nuestro lado para comenzar a influenciar positivamente la sociedad, llevándola
hacia una visión más crítica y activa de la realidad. Es cuestión de ver la
responsabilidad que tenemos todos, nosotros más que cualquiera sobre el cambio
y la mejora del presente y del futuro del país.