No calles

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martes, 18 de septiembre de 2012

LA MUJER Y SUS ESTEREOTIPOS EN EL DISCURSO PUBLICITARIO



A cada elemento que forma el estereotipo se ha  identificado un  factor que califica y hace a la mujer en la formación del mismo, que solo permite identificarla mediante una característica que la asemeje. Es por esto que se observa una disociación de la mujer, se deduce lo anterior, puesto que, se observa que la mujer es estereotipada, identificándola con solo una característica (elemento), y no vista como una suma de sus características, esto guarda intima relación a lo que se busque vender en el discurso publicitario, se presentan estos modelos de estereotipos disociados en función al tipo de identificación que se persiga.

En el mercado los individuos ofertan y demandan bienes y servicios, las personas, igual que los objetos de consumo, deben perpetuarse en un nivel de deseabilidad, de ser consumidas para evitar ser descartadas y ser relegadas a una situación de total marginalidad. De esta manera, los individuos se deben producir como objetos vendibles en el mercado, el cual se torna cada vez más exigente, competitivo y contradictorio.

Además se observa que dos de los estereotipos se presentan como extremos polarizados imposibles de unirse y/o complementarse, estos son los de mujer-sexo y mujer –ama de casa.

Una de las discriminaciones directas más evidentes a que se ven sometidas las mujeres es sin duda la esclavitud de la imagen que según el modelo de sociedad imperante debe tener y los procesos a los que tiene que someterse para ajustarse al prototipo que se le asigna.

Las mujeres deben permanecer jóvenes, delgadísimas, etéreas, sumisas, los mensajes repiten, a veces sutiles pero casi siempre claros y directos, que sus puestos en la sociedad, en el hogar y en la empresa están condicionados por la calidad de su pelo, por lo bien que huele o por lo eficaz que es comprando un detergente u otro, sin que se oigan protestas al respecto, salvo en casos muy sangrantes, de ningún sector social.

La publicidad no sólo es una herramienta comunicativa al servicio del estímulo de las actitudes de compra y del fomento de hábitos de consumo. Es, además, y sobre todo, una eficacísima herramienta de transmisión ideológica. En efecto, casi nadie niega ya que los anuncios tienen una influencia determinante en la transmisión cultural de valores y de actitudes, en la educación ética y estética de la ciudadanía y en la globalización de los estilos de vida y de las formas de percibir el mundo en nuestras sociedades.

Todo esto involucra una innumerable cantidad de detalles que son recibidos directa o indirectamente por el público, todo depende de la recepción y la asimilación del mensaje, sin dejar de lado el contexto, cada cual tomara su postura ya sea como un publico disperso o como publico presente.